LA SALLE

domingo, 27 de julio de 2008

Una comunidad expresa la vivencia del Evangelio desde una perspectiva específica según su carisma fundacional. Nosotros descubrimos que La Salle nos presenta el Evangelio como primera y principal norma de vida, siguiendo la llamada de Dios de estar atentos/as al desamparo de los niños y jóvenes más pobres, y a cumplir este ministerio de la educación viviendo en comunidad, como signo del Reino de Dios.

La Salle es un testimonio de vida en el seno de la Iglesia por su seguimiento de Jesús y su búsqueda de la voluntad de Dios. El itinerario que él hizo, guiado por el Espíritu, ha sido y es fuente de inspiración para nosotros.

Encarnar hoy este carisma nos supone redescubrir la espiritualidad lasaliana, el Espíritu de fe que guía el proyecto que tenemos entre manos, sintiendo que no es nuestra obra sino de Dios. Ese mismo Espíritu es el que da vida y fuerza a lo que somos y hacemos y que nos invita a mirar la vida de la forma que nos dice La Salle: “No mirar nada sino con los ojos de la fe, no hacer nada sino con la mira puesta en Dios; atribuirlo todo a Dios” (RC 2,2).

El carisma de La Salle ilumina nuestro ser y actuar para buscar constantemente la mejor forma de responder a las necesidades que encontramos. Nuestra presencia en un barrio quiere ser un gesto sencillo de encarnar el carisma lasaliano en la Iglesia y en el mundo de hoy, viviendo y comprometiendo nuestra vida con sus vecinos/as, en comunión con otras gentes que buscan a Dios desde su propia religión y visión de la vida, para construir un mundo mejor, más justo para todos/as.